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martes, 6 de septiembre de 2011

Nuevo libro sobre el High Line de Nueva York

Gracias al blog de Manu Fernández he sabido que está a punto de salir a la venta un libro sobre el High Line de Nueva York. El título del libro es High Line: The Inside Story of New York City's Park in the Sky" escrito por Joshua David y Robert Hammond, cofundadores de Amigos del High Line. En él se documenta la historia del parque, se explica el proyecto y aparecen fotografías del resultado final. 




Este blog prácticamente se estrenaba escribiendo sobre el High Line. Es un proyecto, en mi opinión, muy interesante. La ciudad ha conseguido mantener las antiguas vías de tren elevadas, que forman parte de su patrimonio y le otorgan una imagen característica, creando al mismo tiempo un espacio público ajardinado para todos, en una zona donde conseguir suelo para parques no es fácil. Se consiguió gracias a la implicación de los vecinos, que lucharon para llevar adelante el proyecto. Un ejemplo para todos: impliquémonos en el urbanismo de nuestras ciudades y en la protección de su patrimonio.

sábado, 27 de agosto de 2011

Smart City, la ciudad del futuro

Las smart cities o ciudades inteligentes son algo de lo que vamos a empezar a oír con frecuencia, sobre todo desde que hace ya años que existen algunas en territorio español, pero, ¿qué son?.

Son ciudades más amables con sus usuarios y a la vez más eficientes en la gestión de los recursos disponibles mediante el uso de la tecnología, la sostenibilidad y la innovación. Estos tres conceptos se aplican en ámbitos como el del transporte, el medio ambiente, la sanidad, la cultura, la seguridad, la economía e incluso el gobierno (transparente) de la ciudad.

Veamos un ejemplo: con un sensor en los contenedores de basuras sería posible saber cuándo están llenos y así optimizar la recogida de residuos, de manera que los ciudadanos viven sin malos olores y los servicios de limpieza vacían los contenedores sólo cuando es necesario. 




Fuente
Las posibilidades son infinitas y muchas están por explorar. Se puede averiguar la humedad de la tierra en jardines para saber cuándo es necesario el riego, predecir la demanda de servicios, conocer al momento la radiación solar para activar o no el alumbrado público o medir la contaminación del aire para avisar a la ciudadanía si se alcanzan niveles peligrosos. Las ciudades inteligentes también exploran otros campos como el de la vivienda, a la que se incorpora la domótica para racionalizar el uso de la energía, o el de la automoción, con el uso de coches eléctricos.




Prototipo de coche urbano © Franco Variani


Con esta información las ciudades pueden ahorrar en la factura de los servicios, reducir sus emisiones de CO2 y su gasto energético y mejorar su habitabilidad.

Para implementar este tipo de tecnologías es necesaria la complicidad de las administraciones, los usuarios y los inversores privados. La rigidez en el funcionamiento de la Administración no suele facilitar todo lo que suena a innovación. Además, ésta debe llegar a acuerdos con empresas que puedan proveer los dispositivos y servicios necesarios, es decir empresas volcadas en la investigación y desarrollo de estos nuevos productos. Por último, requiere una educación de los ciudadanos: se oferta una nueva tecnología que deberán conocer y utilizar y a veces puede ser necesario vencer sus reticencias.

El modelo smart city se está extendiendo por todo el mundo. En Europa recibe el apoyo de la Unión Europea y existen multitud de proyectos relacionados con él, muchas veces financiados o promovidos por empresas del sector de la energía o de las TIC en colaboración con la Administración. 

Entre los proyectos europeos cabe destacar el de Ámsterdam.





Fuente

Engloba 17 iniciativas encaminadas a convertir Ámsterdam en una ciudad inteligente, entre ellas:
- mejora de la eficiencia energética en las piscinas públicas.
- instalación de paneles solares en el centro de negocios de la ciudad para la producción de energía.
- creación de puntos de trabajo al aire libre provistos de energía solar e internet.
- instalación en 400 hogares de un sistema de gestión de energía que informa del consumo realizado y ayuda a ahorrar energía.
- cultivo de alimentos mediante el uso de iluminación LED en edificios y oficinas vacíos.
- ...

Las propuestas son muy interesantes y variadas, aunque todas ellas encaminadas al ahorro de energía. En algunos casos se efectúan pruebas piloto en una parte de la ciudad para estudiar su viabilidad y los resultados antes de extenderlas a todo el territorio.

En España existen ya varias ciudades inteligentes. Indra y Abertis Telecom han desarrollado propuestas para las ciudades de Sant Cugat del Vallès, Lleida, Zaragoza y Rivas-VaciaMadrid. Palencia y Valladolid con el apoyo de la Fundación Cartif también han puesto en marcha un proyecto conjunto. En Santander, en colaboración con la Universidad de Cantabria y Telefónica, se ha implantado una red de dispositivos que tienen como objetivo ofrecer información al ciudadano sobre tráfico, el tiempo, el estado de las playas y la calidad del aire, entre otros. Málaga y Endesa colaboran para integrar las fuentes renovables de energía en la red eléctrica. Sevilla, Barcelona, Vitoria, Granada, son otras de las ciudades inteligentes que tenemos cerca.


viernes, 18 de diciembre de 2009

Recuperando espacios

Las ciudades evolucionan constantemente, y en este proceso espacios, edificios e infraestructuras van quedando obsoletos y con el tiempo son abandonados. Si el abandono es definitivo el lugar se degrada y finalmente acaba desapareciendo y siendo sustituido por algo nuevo que se adapta a las nuevas demandas de la ciudad.

Sin embargo esto no siempre ocurre. En ocasiones estos elementos son representativos de nuestro pasado o poseen alguna característica relevante que hace que sea interesante recuperarlos, destinándolos a un nuevo uso que les devuelva la vitalidad.

Ese es el caso del High Line en Nueva York. Es una línea ferroviaria elevada 9 metros sobre el suelo que se construyó en los años 30 en el mayor distrito industrial de Manhattan, con el objetivo de proteger a los peatones del paso de los trenes, tras haberse producido numerosos accidentes mortales. El recorrido original era de 13 Km de longitud y su trazado no coincidía con el de las avenidas, sino que atravesaba los edificios para descargar directamente en los almacenes y fábricas las mercancías que transportaba.

Con el paso de los años el transporte por carretera fue ganando terreno al ferroviario y en los años 60 comenzó la demolición de parte del High Line. En la década de los 80 los trenes dejaron de circular definitivamente y los propietarios de los terrenos comienzaron a ejercer presiones para completar la demolición de la línea. Es entonces cuando surge un movimiento vecinal que aboga por la conservación del High Line y su transformación en un espacio público, que acabará por imponerse.



El año 2003 se convocó un concurso de ideas para diseñar este espacio y en 2004 se anunció como ganador al equipo compuesto por James Corner Field Operations, una firma de paisajistas, y por Diller Scofidio + Renfro, un estudio de arquitectura.

En 2006 se iniciaron las obras, que se ejecutan por etapas, para transformar esta infraestructura abandonada en parques urbanos. Actualmente aún se encuentran en marcha, pero en junio de 2009 se finalizó una de las secciones y ya se puede visitar.



Los nuevos parques no olvidan su pasado ferroviario y entre los jardines se han mantenido parte de los raíles y traviesas. Se han creado espacios de paseo y descanso a lo largo de casi 2,5 Km continuos, un trocito de naturaleza en un entorno privilegiado, mientras el tráfico de la ciudad continúa a su ritmo bajo el parque.

Si queréis más información sobre este tema os recomiendo visitar esta página: High Line y ver el siguiente vídeo.